Hoy ya se puede leer en el diario Bahía de Cádiz mi nueva columna, "¿Hasta dónde podemos llegar para encontrar trabajo?". Decidí escribirla tras leer una grave noticia este miércoles pasado sobre una persona que ofreció un riñón a cambio de trabajo en Jerez de la Frontera. A continuación todo el texto de la columna:
Recuerdo un anuncio de
televisión, de hace ya unos años, cuyo eslogan preguntaba al
espectador: “¿vives para trabajar o trabajas para vivir?”.
La situación desde
entonces ha cambiado mucho: crisis, recesión, paro, recortes. Si
actualizara ese eslogan a nuestros días podría ser algo como:
“¿trabajas para sobrevivir o mal vives para buscar trabajo?”. Sé
que no suena tan bien como el anterior pero, por desgracia, es la
pura realidad. Hoy muchos españoles no vivimos para trabajar, más
quisiéramos, sino que mal vivimos para buscar un trabajo, y ya no
digo uno digno.
El anuncio del que hablo
me vino a la mente cuando, el pasado miércoles, leí, en este mismo
diario, la noticia de que un jerezano había ofrecido uno de sus
riñones a cambio de trabajo.
Se me puso la piel de
gallina al ver cómo una persona podía encontrarse en una situación
en la que fuera capaz de dar parte de su cuerpo, de su vida, ya ni
siquiera por dinero sino, por un “simple” trabajo. Lo peor de
todo es que este tipo de casos han ido ascendiendo en estos últimos
años y, por esta razón, muchos medios recordaban, mientras
anunciaban esta noticia, que este tipo de acciones están penadas por
la ley. Sin embargo, esto no cambia en nada la mala situación de
muchos ciudadanos de a pie que se ven en la necesidad de “mendigar”,
no por dinero, por trabajo.
¿Hasta donde podemos
llegar para encontrar trabajo en la actualidad? Esta pregunta, con la
que he titulado este artículo, es cada vez más difícil de
responder o, más bien, no sabría como contestarla.