lunes, 23 de julio de 2012

"La música no sólo sirve para amansar a las fieras", en mi columna del diario Bahía de Cádiz

Ya comenté la semana pasada que tenía un poco abandonado el blog y que intentaría escribir más en él, por lo que parece,... mentí. Quizá la culpa sea del calor, aunque sí es cierto que este Julio no ha sido muy caluroso en comparación con otros años. Que más da. Aquí dejo mi columna semanal en el, posiblemente, mejor diario del mundo, el diario Bahía de Cádiz, y no lo digo porque me dejen una columna para poder escribir lo que yo quiera, ni mucho menos. En esta ocasión, hablo sobre los beneficios de reproducir música en el trabajo, ya sea para los empleados o para los clientes, y de los inconvenientes que tiene la música con derechos de autor:


"Ya he escrito varias columnas sobre distintas formas para aumentar, o al menos mejorar, el rendimiento de pequeños comercios y tiendas con el fin de sobrevivir a estos oscuros tiempos. Mi deseo con estos escritos es, al menos, ayudar un poco a algún que otro pequeño autónomo o empresario con distintas ideas.

Hasta ahora todas las formas de las que he hablado, en menor o mayor medida, han sido directas. Por ejemplo, el uso de software libre para eliminar gastos periódicos o la utilización de las redes sociales para aumentar la afluencia y las relaciones con los clientes. En cambio, en esta ocasión voy a escribir sobre un método indirecto... la música. En principio, se puede pensar que la música no va a mejorar en nada la actividad empresarial pero está comprobado que es beneficioso para el rendimiento de la actividad económica.

La música permite, principalmente, mejorar dos aspectos del negocio: incentivar al posible comprador que visite el local y mejorar el rendimiento de los trabajadores.

Muchos estudios apuntan que un negocio donde hay música tiende a conseguir más ventas que otro sin ella. Un ejemplo muy común son los supermercados donde se reproduce música constantemente para incentivar al consumidor a adquirir más productos. Al mismo tiempo, la música hace más agradable la jornada laboral de los trabajadores por lo que éstos realizarán sus tareas de una forma más eficiente.

Por ello creo que no estaría mal que todo pequeño empresario o autónomo buscara la forma de reproducir música en su local o taller ya sea para los clientes o para los trabajadores.

Hay muchos métodos para poder reproducir música, desde la más tradicional como es la radio hasta el mismo ordenador con el que se registra las ventas. Si, además, se tiene conexión a Internet se podrá acceder a cientos de miles de emisoras de radios de todo el mundo.

Cualquier música es recomendable siempre y cuando se use un volumen bajo o bajo-medio y no sea de un estilo muy “radical” (lo dice uno que escucha heavy metal).

Ahora bien, utilizar música para nuestros clientes puede acarrear algunos problemas legales, sobre todo si utilizamos música con derechos de autor pues podríamos recibir la visita de los “secuaces” de “la Innombrable” (nombre que los internautas usan para referirse a cierta sociedad que tiende a denunciar a todo aquel que hable mal de ella aún siendo España un país libre). Para evitar la visita de éstos existe la llamada música libre (algo parecido al software libre del que escribí algunas columnas atrás).

La música libre ha tenido su auge gracias a Internet y son muchos los músicos que han decido evolucionar y actualizarse con los tiempos que corren mientras que otros, metidos en sus cuevas, siguen anclados en un sistema de negocio obsoleto y arcaico. Cierto que todos tienen derecho de beneficiarse de su trabajo pero en este mundo, y sobre todo en el capitalista, si una industria se queda anticuada tiene dos opciones: actualizarse o morir.

Para comprender esta situación a continuación pongo un ejemplo real: cuando apareció el automóvil y se comenzó a utilizar más que el caballo los herreros que se aferraron a continuar con su actividad (fabricar herraduras para caballos) desaparecieron (murieron) porque ya no había demanda de herraduras. En cambio, los que decidieron cambiar (actualizarse) acabaron siendo cerrajeros o dedicándose a otra actividad similar sobreviviendo al cambio que se produjo en su industria. De esta forma éstos últimos siguen en la actualidad mientras que los primeros ya, prácticamente, están extintos.

Como supongo que cualquier empresa querrá evitar problemas con “la Innombrable” me centraré en la solución de la música libre. En Internet hay muchas páginas donde se puede descargar este tipo de música sin miedo de hacer algo fuera de la ley (aunque si lo descargado tuviera derechos de autor, si se usa para uso personal seguiría siendo una actividad legal en España pero como las canciones se van a utilizar para un comercio entonces la situación varía un poco), e incluso existen radios online con las que con un simple click se podrán reproducir sin necesidad de descargar nada.

También, existe Jamendo, una comunidad de música libre donde los creadores suben sus obras para poder ser escuchados por cualquier persona de forma completamente gratuita. Además, en caso de querer utilizar su música para un fin comercial, como es el caso, Jamendo tiene una versión PRO a un precio bastante económico (del cual la mitad del dinero va a parar al creador de la música y el resto a mantener la comunidad) que permitirá su uso en el local y proporciona un certificado de uso de las canciones que se podrá presentar ante los “secuaces” de “la Innombrable”, en caso de que aparezcan, para que se vayan por donde han venido.

Para acabar, aunque existe el problema de los derechos de autor, si se opta por reproducir música en el local, e incluso si se decide utilizar música libre a través de Jamendo (pagando su cuota anual), el beneficio indirecto para la pequeña tienda será, en principio, mayor que si se opta por no reproducir nada pues, como ya he dicho, la música no sólo sirve para amansar a las fieras."



No hay comentarios:

Publicar un comentario