martes, 3 de julio de 2012

"¿Y si el dinero tuviera fecha de caducidad?", en mi columna del diario bahía de Cádiz

Hoy se ha publicado mi nueva columna en el diario Bahía de Cádiz donde hablo sobre lo que podría ocurrir si el dinero tuviera fecha de caducidad.

Para muchos esta utopía evitaría la concentración de grandes capitales en pocas manos y un mundo más homogéneo. Para otros, dentro de los que me incluyo, esta solución provocaría más bien lo contrario.

A continuación el texto completo de la columna:

El otro día un familiar me contó que, mientras veía por televisión un programa de debate, un tele-espectador llamó por teléfono para dar su opinión sobre el tema que se debatía en la mesa. Para variar, hablaban de la actual situación en la que se encuentra España y de las posibles soluciones.

Dicho oyente, tras felicitar al programa por ser de los pocos que no están politizados y que dicen la verdad, o al menos eso parece, comentó la posibilidad de que el dinero, los billetes, tuvieran fecha de caducidad como si productos alimenticios se tratasen. De esta manera los “ricos” no podrían amasar grandes fortunas pues llegaría un momento en que su dinero caducaría y no serviría para nada.

Mi pariente afirmaba la razón y sensatez que tenía el espectador con su propuesta y que debería ser una realidad para conseguir, de esta manera, un mundo más uniforme. Por desgracia, yo no podía estar de acuerdo con esta supuesta utopía.



Le pregunté a mi ascendente, con gran curiosidad, lo que los tertulianos habían respondido a este oyente, confiado de que alguno de los presentes, con casi total seguridad, había llegado a mi misma conclusión. Para mi desdicha, no lo recordaba. Aún así, le expliqué por qué no estaba de acuerdo con esta idea.

Para empezar, si se diera esta situación, este escenario, un mundo donde el dinero caducara al cabo del tiempo, no se perjudicaría a los millonarios. ¡No, a éstos no! Todo lo contrario, serían las clases medias y bajas los que sufrirían graves consecuencias.

¿Cómo es eso posible? Muy simple. Imaginemos, por un momento, que nos encontramos en ese universo. Las clases medias y bajas tendrían un serio problema, pues no podrían ahorrar para el futuro. Su salario, una vez obtenido, caducaría al cabo de un tiempo y, por tanto, se verían en la necesidad de tener que gastarlo antes de la fecha límite o no consumirlo, perdiéndolo en ambos casos. Esto se agravaría aún más si no se tuviera un trabajo fijo pues no se percibiría, periódicamente, dinero “fresco”.

Sin trabajo y sin dinero ahorrado. Mal asunto para los pobres. ¿Y los ricos, perderían su dinero al igual que los humildes? Me temo que no.

Los millonarios, para variar, no sufrirían ninguna consecuencia adversa. Y muy probablemente, obligarían a los bancos a que actualizasen sus billetes cuando éstos estuvieran a punto de caducar. La banca, por miedo a perder sus clientes más valiosos, harían lo que se les ordena convirtiendo los billetes, por ejemplo, en oro u otro metal precioso. Los metales preciosos no caducan por lo que con este método las personas adineradas tendrían este inconveniente resuelto y, en el caso de necesitar efectivo, el banco, simplemente, convertiría parte de esos metales preciosos en billetes.

Y así los más favorecidos de este mundo no verían mermados sus grandes capitales mientras que las clases medias y bajas sufrirían grandes calamidades.

Este escenario lo he concebido tan sólo con ponerme en los zapatos de un millonario que se encontrase en la situación descrita por el oyente del programa. Ojalá fuera tan sencillo encontrar una fórmula para que nuestro mundo fuera más homogéneo y todos tuviéramos, al menos, un nivel de vida digno. Ojalá.

10 comentarios:

  1. Lo que puedo ver son muchas opciones, podría haber muchas clases de moneda, unas con caducidad y otras no, es cuestión de estudiar mas el tema y formular soluciones en donde todas los estratos de la sociedad salgan beneficiados: ej la producción hecha con energía renovable podría no tener fecha de caducidad y la que se genere con petroleo si, etc... infinitas posibilidades, saludos desde Colombia

    Daniel vera

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    1. Mucho más sencillo sería que todo el dinero tuviera caducidad a partir de un nivel de ingresos, quiero decir, que el dinero del pequeño ahorrador no caduque y sí los grandes capitales. Por supuesto, el dinero siempre sería dinero, no convertible en nada más. Así los que ganan mucho dinero, no tendrían más remedio que invertir y el que tiene poco dinero, tendría siempre poco...pero no se quedaria sin nada.

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  2. Creo que el que a escrito el articulo tiene dinero

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    1. Por desgracia no tengo ni un duro. Trabajo alrededor de 3 meses al año por unos 730 euros netos mensuales así que si eso es tener dinero yo tengo.

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  6. En mi país te pagan ¡3 euros! por trabajar 8 a 12 horas sin universidad, y si tienes universidad te dan ¡4 euros! POR HORA en promedio como maestro, chef, secretario, osea los empleos de clase media, los de clase alta estipulan sus propios sueldazos, más que nadie los politiquillos (y creo que estoy siendo muy generoso en la hipótesis). Una soda de recipiente de medio litro vale 7.5 euros.
    Una cosa es cierta, para un equilibrio de la distribución de riquezas en necesario el flujo constante de las mismas, el agua estancada se pudre, ojalá pasara lo mismo con el dinero, a mí me viene a la mente recibir ''crédito'' digamos: ciertas horas de trabajo, y así lo señalas tú mismo en un contrato, por: crédito para educación; crédito para vestido, crédito para despensa, crédito para servicios públicos (agua, luz) y así hasta te evitas el tener que gastarlo en otra cosa digamos, cigarrillos, para los cigarrillos, habría que tener crédito para cigarrillos, y en un caso de emergencia, digamos, una intervención médica, en caso de no contar con crédito para servicios médicos hacer la transacción con un banco y trocar algún crédito que tengamos por ahí, sería como convertir dolares a euros. A mí me encantaría que existiera ese sistema de ''crédito'', hasta lo veo como un esfuerzo más significativo, porque tu trabajo lo vendes por valores reales no digamos: gané 3 dolares que representan 3 manzanas rojas, o un tubo dental, o un par de calcetines nuevos, pero que a su vez no son ninguna cosa de las que representa, el crédito (y eso se ve cuando recibes bonificaciones de empresa como vales para despensa) no representa, sino que es en sí ello, el crédito para comprar una casa pues es eso, me llaman la atención casi todas las ideas que hablan de sustituir el sistema monetario, y es que es muy viejo ese sistema, tan viejo como la propia historia de la humanidad, osea que debe de ser muy, pero MUY primitivo, sólo que no se puede quitar así como así ya que, hablamos de nuestro sustento, pero a veces la misma idea termina por recibir aprobación de todos y con comunicarlo basta para que se lleve a cabo. Perdón por eliminar y subir tantas veces el comentario, me interesa saber opinión de este sistema de crédito y.. mi teclado es un hdp. Es una pena esta situación, tanto como la del dinero.

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  7. Lo que das a entender es que no funcionaría la moneda con caducidad por la corrupción de las altas esferas, asiq tu argumento es que si se llevará a cabo, no funcionaría porque no se llevaría a cabo... El tema de los pobres sería tan sencillo como un máximo de billetes "perenne" que no caducasen porque al fin y al cabo, tampoco podrían prohibir el ahorro al 100℅, sino estaríamos atados por completo a los créditos, para compras un poco amplias, y condenados a la miseria en caso de paro de larga duración.
    Mi opinión, es que nunca lo veremos, pero que bien estipulado, con muchos matices y máximo control anticorrupción...sería una gran solución.
    Carlos A. Rascón

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  8. El nacimiento del dinero tiene como finalidad establecer un medio de pago universal y no fungible. Si se le pone fecha de caducidad, deja de tener sentido su existencia. La gente iría a comprar oro o plata, que no tienen fecha de caducidad y volveríamos a la sociedad del trueque. Que yo sepa, el único sitio donde se emitieron billetes con fecha de caducidad fue en Zimbabwe durante la enorme crisis que tuvo, y la medida no sirvió para nada.

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